el lugar sin nombre de estos dos

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domingo, 18 de abril de 2010

quisiera decir

Hay veces que uno tiene tantas ganas de decir, que casi es necesario morder las palabras para que estas no salgan...
Me encantaría poder decir o escribir de manera cifrada para que nadie se entere pero dice (o dijo en algún momento) Freud que hay veces que al ceder con las palabras, terminas cediendo en los hechos... y lo menos que quiero es ceder...
¿Qué hacer cuando producto de la decesperación, tristeza, miedo y enojo las palabras te presionan el pecho? ¿Qué hace cuando duele la quijada de tanto esforzarte por no hablar?
Por lo regular estas palabras son producto de emociones y no de sentimientos y por ello, creo que lo mejor es respirar y esperar a que la emoción se tranquilice.

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